sábado, 21 de febrero de 2015

LA ACAMAYA Y EL DIA DE LA LENGUA MATERNA EN LA PENINSULA DE YUCATÁN

Por Marisol Berlín Villafaña

Este 21 de febrero de 2015, Día Internacional de la Lengua Materna, es el momento adecuado de revisar el derrotero que debe caminarse para lograr el Desarrollo Lingüístico y Cultural del Pueblo Maya, para ello se consulta y resalta un fragmento del documento “Plan Estratégico de Desarrollo Lingüístico” elaborado por la Academia de la Lengua y la Cultura Mayas de Quintana Roo, asociación civil con casi tres lustros de vida.

Conocida por su acrónimo Acamaya, la Academia Maya realizó hace aproximadamente siete años un ejercicio de planeación interna que contribuyó a aclarar su misión y visión en la etapa actual, así como a identificar los pasos metodológicos para su trabajo durante 20 años.
En este artículo de divulgación, una apretada síntesis, se destaca que la misión de Acamaya quedó plasmada así: “Ser una institución  lingüística y sociocultural maya  con autoridad moral y científica que instrumente políticas públicas de desarrollo integral sustentadas en la visión holística del pueblo maya  y que vigile su aplicación con la participación de los demás sectores de la sociedad quintanarroense”.

Mientras que su visión prevé que en el año 2028, el Pueblo Maya “ejerza plenamente, desde su cosmovisión, sus derechos económicos, sociales, culturales y que permitan el desarrollo integral  de la sociedad nacional intercultural”.

Por ello, en un acto de buena fe sus miembros se propusieron seguir un camino o Sak Be’ para desarrollar la Lengua como el elemento fundamental para la preservación la cultura e identidad maya peninsular en un mundo altamente tecnificado y globalizado.

Partiendo del hecho que para el desarrollo hace falta realizar trabajos individuales, colectivos e institucionales que incluyen la CODIFICACION de la lengua maya t’aan hablada en los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo por casi ochocientos mil hablantes; la NORMALIZACION de ese idioma, la MODERNIZACION, la ACTUALIZACION, y desde luego la APLICACIÓN EN LA EDUCACION.

Los dilemas que muchos se plantean sobre el uso de tal o cual alfabeto o forma de escribir la lengua maya; si es correcto o no el uso de los caracteres latinos, o la pertinencia de retomar la escritura jeroglífica no es en este momento algo que deba llevarnos a la parálisis por el miedo desmedido a ser llamados malinchistas, innovadores o retrógrados emisarios de un pasado que no volverá.

En la Acamaya se asume que es necesaria LA CODIFICACION como proceso amplio que incluye en sí mismo aspectos de grabación de mensajes de todos los temas posibles habidos y por hablar que permitan contar con un amplio banco de información que sirva a los estudiosos de ahora y del futuro para conocer la cultura y la lengua vigentes en esta primera parte del siglo XXI.

Pues no podemos estar sujetos a que la lengua maya siga su curso en un plan de intervención. Hay que intervenir para que se den las condiciones económicas, técnicas y  académicas para  codificar y luego decodificar el idioma. Condiciones que pudieran llevar unos 20 años más, por lo que si el trabajo de codificación que debe hacerse hoy no se hiciere pudiera ser que ya para entonces el deterioro del lenguaje haya avanzado.

Hay pues que hacer los diagnósticos de nuestra lengua maya, revisar los ya existentes y apropiarse de los que el estado mexicano ha realizado a través de sus instituciones como el INALI y el INEGI  para que haya un conocimiento profundo y serio de cuántos municipios hablan la lengua, cómo la hablan, cuáles son los fenómenos lingüísticos, y socioculturales que se viven en el presente y cómo marcarán el futuro.

Ante tal situación la Acamaya hace un llamado a los académicos de las Universidades a Instituciones de nivel superior del estado de Quintana Roo, en especial al cuerpo académico de la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo y de la UNO a hacer estudios fonológicos, morfológicos, sintácticos y de semántica que nos provean de elementos para la estructuración de un documento que concentre una Gramática Descriptiva.

La gramática descriptiva como producto acabado aún está por condensarse y eso no nos debe de acomplejar a ninguno de los actores involucrados en este proceso. A la Academia de la Lengua Española “que limpia y da esplendor” le llevó centurias y bastantes debates el llevar al Español al nivel de estudio que ahora se encuentra, mientras que los estudiosos del idioma maya, y mayas de nacimiento comprometidos con el desarrollo de su idioma podemos tal vez contarlos con los dedos de la mano y no llegaríamos a dos manos.

“La Investigación léxica nos permitirá estudiar la riqueza de vocabulario actual. Permitirá identificar cuántas palabras se usan en la comunidad” dice el documento de la Academia que se comenta.
Posteriormente pasa al tema de LA NORMALIZACION:

“El proceso de normalización del idioma implica que el lenguaje que hoy es usado más en la cotidianidad familiar que en espacios públicos pase a ser del dominio y campo de los maestros, los jueces, los escritores que trabajan la literatura pero también de los académicos, los científicos y que cualquier hablante de ella puede tener acceso a  Diccionarios y Reglas de escritura compartidas”.

Reconocemos en este sentido, la labor del INALI que en los últimos años ha logrado, no sin enfrentarse a dificultades, desencuentros y críticas, tener ya oficialmente en 2014 una gramática normativa, establecida en el documento “La Normalización de la Lengua Maya” que por cierto fue presentada en Dzibichaltún, Yucatán en un evento con la presencia del maestro Javier López, director del INALI, de los gobernadores de las tres entidades, quienes signaron un compromiso para, mediante talleres y coloquios , bajar los acuerdos establecidos en el documento de Normalización de la Lengua Maya.

Ya han pasado varios meses de ese evento ampliamente difundido por lo relevante de sus acciones y muy poco se ha hecho, por lo que también es tiempo que les recordemos el compromiso asumido ante una gran cantidad de intelectuales de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, que aplaudimos porque los conocemos como coherentes defensores de sus valores matrios y que no dejarán que ese evento sea solo una nota en la hemeroteca. 

La Normalización deberá atenderse no sólo como organización local o estatal sino con la participación de las diferentes instituciones que tienen que ver con la educación y la aplicación de la Ley General de los Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas. En esto hay que reconocer un error de la Acamaya en sus primeros seis años de vida, cuando se pretendió desde una asociación civil dictar las normas que pensaban debían ser las adecuadas. Ahora en la madurez se asume que se deberá prever la participación de las organizaciones e instituciones de Yucatán, Campeche y Quintana Roo y que por ley debe ser el INALI quien dirigirá las acciones desde el estado mexicano al que pertenecemos. Esto, sin dejar de ser corresponsables como está establecido en la misma LGDLPI por lo que lo dicho en Dzibichaltún el año pasado es una urgente etapa para bajar la normalización a los hablantes a través de  convenciones, acuerdos, talleres, foros. Reiteramos nuestra demanda a las autoridades estatales y al INALI.

Cuando en 2008, la Acamaya decía: “Se reconoce como una debilidad actual la  existencia de diversas academias en la península que no comparten el alfabeto de  1984.  Se tiene la impresión de que cada institución establece sus propias reglas y no hay acuerdos en cuestiones específicas, por lo que las academias no logran hacer su función rectora” , se tuvo que ser muy autocrítico para entender que las Academias no podían ser por su naturaleza entes rectores (a menos que alcanzaran el poder político y jurídico para ello, pero esa es una historia no escrita aún) .

Y a manera de respuesta se reflexionaba sobre los diversos niveles de desarrollo y de coordinación. Se cae en la cuentade que el INALI por ley es la instancia normativa y se esperaría que sea  la que inicie el proceso, aunque las Academias como corresponsables y representantes de los hablantes deberían jugar un papel protagónico.

Llegar a la normalización tomará tiempo, esfuerzo, paciencia y tolerancia de cada una de las instituciones. El proceso es  seguir los pasos de la gramática normativa:
- Trabajar en colectivos peninsulares en convenciones, acuerdos, talleres y foros.
- Producir diccionarios: El académico, El de bolsillo y El  popular

La Acamaya seguía aclarando su camino, el camino de todos , porque es posible:
“Los diccionarios temáticos deben ser resultados de la investigación léxica y (con los años y la sistematización) será el diccionario madre. Pero se requiere también el diccionario de sinónimos y el de antónimos, el de campo semántico y el que urge: el diccionario pedagógico (el que usará el maestro); también el diccionario jurídico, el científico, el médico, el de toponimias, antropónimos (de nombres).

Y seguimos retomando lo escrito en el documento de Acamaya que dice:
LA MODERNIZACIÓN
“En el proceso de modernización, uno de los principales productos será la gramática pedagógica que indica cómo enseñar la lengua, a diferencia de la descriptiva que muestra cómo está constituido el idioma y la gramática normativa que señala como debe escribirse con propiedad.”

LA ACTUALIZACIÓN
“Otro proceso  importante en un Plan de Desarrollo Lingüístico es la Actualización. Es común que ante la aparente falta de palabras para nombrar las cosas de la vida cotidiana actual los académicos se den a la tarea de crear neologismos. Se sugiere que antes de inventar se investigue  si en realidad no existen las palabras en la región.
Se debe prestar atención a la manera cómo nombran las cosas las personas monolingües. Los neologismos que los escritores mayas proponen requieren ser validados por la comunidad, hay que tomar en cuenta la necesidad de consultar los diccionarios como el Cordemex, aunque existen palabras que están en desuso y ya no pueden imponerse en el uso diario.”

El Desarrollo Lingüístico tiene que pasar la prueba del ácido, entrar a todos los espacios educativos posibles desde el básico hasta el universitario para poder enriquecerse, consolidarse y pasar así hacer una patrimonio enriquecido y compartido por los que tienen el maya como idioma materno, pero sobre todo y también por aquellos que comparten su vida y sus anhelos en un territorio común.
Recordamos con entusiasmo las palabras de Felipe Carrillo Puerto cuando decía:

 “La península de Yucatán es Maya y el futuro pertenece al pueblo maya” o como reza el lema de la Academia Quintanarroense: Tuláakal Quintanarroe’ maaya lu’umil, u mootsil k-k’ajlay. Todo Quintana Roo es tierra maya, raíz de nuestra historia.”